"Perdidos en la traducción" por la Lic. María Eugenia Piaggio


Los pacientes con poco dominio del idioma español que se atienden dentro de nuestro sistema de salud tienen riesgo de tener resultados de atención médica inferiores si no se cuidan ciertos aspectos de la comunicación. Hoy en día, las innovaciones tecnológicas facilitan la traducción, pero ¿Cómo se soluciona la transmisión de confianza y empatía de un médico hacia su paciente?

Nos cansamos de escuchar que la única salida de este país es Ezeiza. Pues bien, las noticias ahora también nos cuentan que por las mismas puertas que se van los expatriados argentinos, llegan cientos de mujeres rusas para parir a sus bebés en suelo argentino.

Para hacer los más de 13.000 kilómetros que separan Buenos Aires de Moscú las mujeres rusas tienen que tomar más de un avión. El esfuerzo vale la pena con tal de acceder a un sistema de salud con hospitales privados de lujo e instituciones públicas gratuitas y de primer nivel, más el deseo de llegar a un país que acoge a “todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino”. El objetivo final es que sus hijos nazcan en este país para obtener la doble nacionalidad y que eso les permita mayores libertades.

Claro que parir en Argentina no es igual que hacerlo en Rusia. Las primeras dificultades que presenta la atención de algunas de estas pacientes en las instituciones sanitarias nacionales es que vienen sin historia clínica, o sea, que los médicos no tienen ningún registro del embarazo. Otro problema es que ciertas pacientes llegan con el embarazo muy avanzado y sin traductora.

En una nota publicada en TN, la Jefa del Servicio Materno Infanto Juvenil de los jueves en el Hospital Fernández, Dra. Miriam Gregorio, contó que cuando las mujeres rusas asisten sin traductor es muy difícil hablar con ellas porque no manejan el castellano. “Pegamos carteles en los pasillos del hospital, escritos en ruso, claro, para que entiendan la importancia de que vengan acompañadas con un traductor o traductora. La única barrera que tenemos con ellas es la idiomática. Nosotros las atendemos igual que a un argentino”, sostuvo.

 

LA BARRERA IDIOMÁTICA EN LA ATENCIÓN MÉDICA

La calidad de la comunicación entre pacientes y médicos puede tener un gran impacto en los resultados de la salud. En ese sentido, la discordancia del idioma, que significa que no hay un idioma común entre el paciente y el profesional, puede ser una barrera si no se toman los recaudos necesarios.

Particularmente, en la relación anestesiólogo – paciente, cuando hay discordancia, es posible que los extranjeros no comprendan cabalmente qué están aceptando en el consentimiento del procedimiento, que padezcan un control del dolor perioperatorio más deficiente y que se vayan sin haber entendido las instrucciones de alta.

Por otro lado, los pacientes que no hablan el idioma del país donde viven tienen menos visitas médicas preventivas o de control, por lo tanto, cuando llegan a la atención de su salud, muchas veces necesitan procedimientos más complejos.

Concurrir a médicos que concuerdan en el idioma o tener acceso a los servicios de interpretación reducen estas disparidades.

NECESIDAD DE ASISTENCIA LINGÜÍSTICA EN EL TRAYECTO DE LA ATENCIÓN

Este diagrama simplificado para un paciente sometido a un procedimiento con anestesia general demuestra la necesidad de traducción en los múltiples entornos de atención, incluidas las áreas estériles. Los médicos, enfermeras y personal pueden estar involucrados en la comunicación con un paciente en cada paso, donde la falta de comprensión por el idioma puede ser una barrera para la atención segura.  Por ejemplo, durante ciertos eventos médicos, la rapidez en la toma de decisiones es la diferencia entre que el procedimiento salga bien o mal. Si la comunicación con el paciente y sus familias no es fluida se incrementa el riesgo. 

Si bien lo ideal es contar con la traducción simultánea de un intérprete, esto no es compatible con la prohibición de entrar al quirófano de cualquier persona ajena al entorno quirúrgico. 

El Dr. Guido Manrique es Jefe del Servicio de Obstetricia del Sanatorio Finochietto, donde nacen la mayoría de los bebés argentinos concebidos en Rusia. En una nota publicada por el diario Clarín, el médico contó: "Hablo muy bien inglés y eso ayuda muchísimo en el trato y la calidez. Imaginate que son mujeres que dejan a sus familias allá para parir acá y a veces los maridos vienen después o no llegan al parto porque se adelantó. En general está la traductora en la consulta. Si no, y no hablan inglés, usamos Google Translate", detalla.

La traductora a la que se refiere es justamente una ex paciente llamada Daria que ahora es traductora de otras rusas. 

 

LA BARRERA IDIOMÁTICA EN LA ATENCIÓN MÉDICA: ALTERNATIVAS ANTE UNA DEMANDA EN CRECIMIENTO, POR LA DRA. FLORENCIA POL, SECRETARIA ACADÉMICA DEL CURSO DE LA CARRERA DE MÉDICO ESPECIALISTA EN ANESTESIOLOGÍA. 

Como profesionales de la salud, debemos analizar qué herramientas disponemos a la hora de tratar con pacientes que no comparten nuestro idioma y que plantean nuevos desafíos para el cumplimiento de nuestro rol. Desde el uso de aplicaciones telefónicas o mediadores culturales hasta un uso consciente de la comunicación no verbal, en este apartado se desarrollan algunas herramientas que surgen como alternativas en la actual coyuntura. 

Una primera alternativa que existe frente a estos casos es la de la figura del mediador cultural: un profesional capaz de traducir en simultáneo las conversaciones o indicaciones médicas, así como sortear las barreras culturales en lo que hace a las prácticas o costumbres de los pacientes, que pueden tener distinta procedencia. Sin embargo, la mayoría de los centros de atención no cuentan con este tipo de personal, lo cual nos lleva a repensar alternativas en pos de llevar adelante nuestro rol. En este sentido, el desarrollo tecnológico juega un papel fundamental como apoyo en los centros de salud y hospitales. Tal es así, que en los últimos años se han desarrollado una serie de aplicaciones para celulares que posibilitan la traducción instantánea que facilitan la comunicación entre el médico y el paciente. De todos modos, sabemos que la traducción literal no siempre implica una interpretación correcta del lenguaje y de los modos de expresarse, por lo que estas aplicaciones deben ser utilizadas con criterio. Aún cuando disponemos de dichas aplicaciones o de la conectividad necesaria para utilizarlas, no siempre disponemos del tiempo requerido para solventar estas distancias. Aquí es donde la comunicación no verbal pasa a ocupar un lugar central en lo que hace a la consulta misma. 

Al hablar de comunicación no verbal, nos referimos a una serie de pautas que exceden lo lingüístico pero que tienen que ver con una situación comunicacional de entendimiento. La misma se apoya en un contacto visual sostenido, que demuestre interés y seguridad por parte del profesional a cargo para con el paciente. Esto se complementa con gestos, expresiones faciales, posturas corporales o algún tipo de contacto corporal que demuestre cuidado y empatía (por ejemplo, tocar la mano del paciente o familiar para llevar tranquilidad). El tono de la voz también es importante aquí, ya que si bien pueden no estar comprendiendo exactamente qué se está tratando de decir, todos podemos reconocer la diferencia entre levantar la voz de forma agresiva que utilizar un tono sereno y tranquilizador. De esta forma, a partir de la comunicación no verbal podemos establecer un primer vínculo de confianza con el paciente

 

UN EJEMPLO DE DISCORDANCIA IDIOMÁTICA

Sucedió antes de la pandemia cuando comenzaron a llegar a Barcelona una gran cantidad de inmigrantes procedentes de países del África subsahariana sin ningún conocimiento del idioma español y catalán. Lo llamativo fue que los expatriados que, por circunstancias nada extrañas en su situación vital, eran trasladados al servicio de urgencias psiquiátricas de cualquier hospital, frecuentemente el informe clínico de la visita indicaba que el paciente sufría psicosis. Ese grave diagnóstico psíquico fue adjudicado 2,7 veces más a inmigrantes que desconocían el idioma español que a individuos autóctonos, una variación que los especialistas que atienden el servicio de psiquiatría del Hospital del Vall d’Hebron, que han estudiado el fenómeno, consideraron un “desajuste o un error” causado no solo por el desconocimiento lingüístico sino por las abismales diferencias culturales que separan al médico del desorientado paciente.