"Un Argentino lideró tareas de rescate en Turquía" por la Lic. María Eugenia Piaggio


A los 42 años Daniel Iglesias cumplió la misión más importante de su vida en el terremoto que ocurrió el 6 de febrero y dejó unos 48.000 muertos. Cuáles fueron las claves para llevar adelante un trabajo exitoso en una catástrofe sucedida en un país con una cultura muy diferente.

Daniel Iglesias es bombero voluntario desde los 5 años. Abandonó la idea de ser médico pediatra el día que acompañó a su mejor amigo al ingreso de la Escuela de Cadetes. “Ese día entendí que podía ser bombero y que además podía cobrar un sueldo”. 

Se recibió a los 20 años y en 2003 tuvo la oportunidad de cumplir el sueño de ingresar al grupo de rescate que se especializa en salvamentos complejos. A partir de entonces integra la Brigada Especial Federal de Rescate de la Policía Federal Argentina. Pasó por todas las jerarquías hasta que llegó a ser Comisario, puesto que ocupa actualmente.

El objetivo más importante que se propuso fue certificar a la brigada como USAR (Urban Search and Rescue, según la sigla internacional) y lo logró después de preparar durante años la documentación requerida que incluye 14 anexos con información sobre cómo se hace cada actividad dentro de la brigada y el trabajo de los médicos, odontólogos, enfermeros, personal especialista en comunicaciones, componente de rescate, componente de búsqueda y perros que integran la brigada. A partir de esa certificación surgió la posibilidad de viajar a Turquía. 

 

"Más grande de lo que imaginábamos" 

Cuando se enteró que iba a ser enviado como rescatista al terremoto, el comisario estaba de vacaciones en la Costa Atlántica con su familia. Para personas como Daniel, que dedican su vida a la ayuda comunitaria, alcanza un llamado de emergencia para dejarlo todo por el otro. Nadie lo podría explicar mejor que él: “yo me preparé toda mi vida para eso. Es el terremoto más grande de los últimos 100 años. Cualquier persona que pasó toda su vida en un grupo de rescate lo que más espera es un mega evento para poder ayudar y demostrar para lo que se capacitó durante tanto tiempo”. 

Junto con Daniel viajaron 27 personas. Salieron de Buenos Aires con 35 grados de temperatura y llegaron a un país con 5 grados bajo cero. Cuando llegaron al aeropuerto de Turquía recibieron la primera señal de lo que se iban a encontrar: “prepárense para el apocalipsis”, les dijo un rescatista de Ucrania que volvía a su país después de haber terminado su misión.

Montañas de escombros de hasta cinco metros de altura, ciudades enteras destruidas, desolación, desesperación y dolor fue el escenario que encontraron los argentinos al pisar tierra turca.

“Cuando llegamos al lugar nos dimos cuenta de que era una ciudad zombi, estaba todo derrumbado, la gente hacía fogatas en las calles, esperando que alguien les devuelva a sus familiares con vida o, aunque sea, el cuerpo fallecido”, recuerda Daniel.

Metodología de trabajo

La brigada de Daniel Iglesias es mediana y tiene una autonomía de siete días de trabajo en el terreno. Esto significa que pueden operar sin necesidad de asistencia durante una semana. Llevaron generadores de energía, comida, agua y el campamento para dormir y bañarse. “Todo lo tenemos que llevar nosotros, no podemos llegar al lugar y hacer pedidos porque te transformás en un problema para el gobierno local”, explicó Iglesias.

Las brigadas internacionales se manejan a través de una célula de coordinación de equipos de rescate. Una de sus tareas es dividir el trabajo por sectores geográficos entre los distintos equipos de rescate internacional que están en el lugar. Ellos le asignan a cada brigada a dónde tiene que ir y, a su vez, éstas les reportan qué es lo que hicieron y cuántas víctimas o personas vivas rescataron. 

La división argentina fue asignada a la provincia turca de Hatay. En esa zona había 5 ó 6 retroexcavadoras por manzana haciendo el desescombro. El trabajo de los rescatistas era ingresar en los huecos donde podía haber una víctima con o sin vida. 

La primera persona que sacó el grupo de nuestro país fue un niño de 7 años, sepultado hasta el cuello. En ese rescate colaboraron con la Presidencia de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) de Turquía prestándoles herramientas y mano de obra. 

“Nos pidieron que fuéramos muy respetuosos con el cuerpo, a lo que yo le respondí -a través del traductor- que se quedaran tranquilos, que iba a sacar a ese niño como si fuera un familiar mío”. Desde ese momento, el equipo nacional se ganó la total confianza de la gente local.

Lo mejor que les pasó fue el rescate de una mamá con sus dos hijos vivos. “Fue un milagro”, dijo Daniel, porque esas tres víctimas habían estado nueve días bajo los escombros. Se encontraban entre dos lozas y tenían agua porque quedaron justo en la cocina donde había canillas. “Fue muy emocionante para todos. Llorábamos, nos abrazábamos, era encontrar el milagro que fuimos a buscar multiplicado por tres”, comenta el brigadier. 

 

La clave de un trabajo bien hecho

Para que exista cierta organización dentro de las catástrofes, la Organización de las Naciones Unidas estableció las normativas de International Search and Rescue Advisory Group (INSARAG). Todas las brigadas internacionales trabajan de la misma manera, con las mismas metodologías, guías y formularios. “Eso hace que, si por ejemplo, nosotros estamos con un equipo de Australia o de cualquier otro país usamos la misma modalidad de trabajo porque los dos estamos certificados por la misma entidad”, explica Daniel Iglesias. En la práctica significa que, al hacer un rescate, se saca el formulario correspondiente y cada uno hace el trabajo siguiendo las mismas pautas. 

Otro punto para destacar es el trabajo mancomunado, codo a codo, de todos los integrantes de la brigada argentina y el liderazgo que ejerció el Comisario. 

“Como líder de equipo, me preocupaba por todos. Si alguno tenía alguna necesidad me ocupaba de solucionarlo. Asimismo, si había que hacer una tarea difícil, como vaciar los baldes del baño, yo lo hacía primero y luego les pedía que lo hagan los demás también. Por más que yo tenía más jerarquía, en esas cosas era uno más”. 

 

Un sueño cumplido

¿Cuántas lágrimas de emoción se habrán derramado tras las puertas que dividen la zona de aduana del sector de arribos en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza en los reencuentros con familiares o amigos? 

El 19 de febrero, cuando Daniel Iglesias cruzó ese umbral vio que su esposa y sus dos hijas, Martina y Guillermina, lo esperaban con lágrimas en los ojos. Al principio a ellas les había costado asumir la noticia de que él se iba en una misión tan riesgosa, pero tras las videollamadas y las notas periodísticas que habían salido sobre el viaje, comenzaron a confiar y a darse cuenta no sólo de que estaba todo bien, sino de que su papá se estaba convirtiendo en un héroe internacional. 

La misión que dirigió Daniel Iglesias demostró que a nivel administrativo (la documentación y formularios), operativo y de materiales la Brigada USAR ARG 12 de la Policía Federal Argentina estaba a la par de cualquier equipo internacional y que, después de prepararse durante tanto tiempo, el esfuerzo realizado dio sus frutos. 

“Fuimos al evento más grande de los últimos 100 años, trabajando a la par de brigadas internacionales que tienen mucha más experiencia que nosotros, haciendo muy buen papel, por eso pienso que fue satisfactorio. Como Jefe de Brigada siento que me puedo retirar tranquilo porque pasé por todas las jerarquías, fui uno de los mentores de la certificación de la brigada y ahora fuimos a un gran evento donde demostramos que todo eso que escribimos, lo podíamos llevar a cabo. Ocurrió esto, no pensamos nunca que iba a ser algo tan grande, pero se dio”, concluyó el brigadier argentino.

Anécdota de viaje

“En el aeropuerto conocimos a Volkam, un traductor local que se ofreció a ayudarnos desinteresadamente. Teníamos cierto temor de sumarlo porque no lo conocíamos, pero la traductora de Cascos Blancos nos motivó a confiar y al final se vino con nosotros. Había viajado desde Estambul con 10 compañeros de la facultad para realizar un trabajo práctico en Hatay. A raíz del terremoto, todos habían fallecido menos él que justo había salido del edificio en el momento del sismo. Se había quedado solo y quería hacer algo por su país. Durmió con nosotros en el campamento y fue muy bueno sumarlo”. 

 

Más info:

https://www.unocha.org/our-work/coordination/international-search-and-rescue-advisory-group-insarag?gclid=Cj0KCQjwocShBhCOARIsAFVYq0i4DVbS-E_phJ-sSaBJ93zW1LlykwysedTCwkkPRZSMkzPHlEtCCnQaAhyzEALw_wcB

Acnur, la Agencia de la ONU para los Refugiados, trabaja sobre el terreno proporcionando artículos de primera necesidad, como mantas térmicas, colchones y materiales de ayuda humanitaria. Para quienes deseen ayudar desde Argentina pueden hacerlo desde  www.fundacionacnur.org

 

Daniel Iglesias y la AAARBA

Además de ser Jefe de Brigada de Rescate, Daniel Iglesias es Licenciado en Seguridad e Higiene y asesora a la AAARBA en el control de elementos y equipos de protección personal y colectiva.